LUIS MARTÍ BONMATÍ Director Área Clínica Imagen Médica en La Fe e impulsor de la Fundación Imaging
El radiólogo ha creado una entidad sin ánimo de lucro desde la que potenciar el tirón de València como nodo de la radiómica: «En Europa nos reconocen como líderes en imagen médica e inteligencia artificial»
València es ahora mismo el punto al que mirar cuando se habla de radiología y del salto que va a dar la Medicina al unir inteligencia artificial e imágenes médicas. En La Fe está uno de los equipos de investigación más potentes y, precisamente por ello, la Comisión Europea les ha confiado un macroproyecto para avanzar en la detección precoz del cáncer rastreando estas imágenes con la ayuda de la IA, el proyecto Eucaim. En este contexto, el director del área de Imagen Médica de La Fe, Luis Martí Bonmatí ha impulsado la Fundación Imaging, una entidad sin ánimo de lucro para aprovechar estas sinergias e impulsar esta nueva vía que promete ver los cánceres y otras enfermedades antes de que realmente aparezcan en un estudio por imagen.
¿Cómo nace la fundación?
Nace de unos cimientos muy potentes. Por un lado, que ahora somos el nodo central de la única infraestructura europea para investigar en imágenes, el proyecto europeo Eucaim (concedido al IIS La Fe) que es el buque insignia de las iniciativas europeas para la lucha contra el cáncer integrando la información genética con la información de la imagen. Otro pilar es el grupo de investigación de la Fe, la única infraestructura en España que está en un hospital. Y luego está la Inteligencia artificial junto a otros pilares como la ciberseguridad y la supercomputación y que estamos liderando un proyecto europeo de altruismo de datos. Lo que faltaba es algo que nos enlace. Queríamos un espacio de coworking, donde tanto nosotros como las empresas, industrias, farmacéuticas, los grupos de investigación pudieran hablar y desarrollar. La fundación se constituye como el entorno de colaboración, de entidad tractora y facilitadora de las relaciones.
¿Tendría sentido Imaging si no estuviera aquí el proyecto Eucaim?
Ese cimiento es fundamental por dos cosas. Primero, porque es el más importante de la Fundación y porque es un proyecto país. La Generalitat lo está apoyando pero también es un proyecto de Estado en la Presidencia europea.
¿Cómo repercute para la ciudad esa unión de proyectos?
Cualquiera de los cimientos por sí solo ya es mucho y todos juntos es como el salto disruptivo. Estamos enormemente bien posicionados en Europa, nos reconocen como los líderes en imagen médica, en inteligencia artificial y en ciberseguridad. Pensamos que esta infraestructura y esta red van a hacer que València estén en el primer nivel de salud en Europa y en el resto del mundo.
El 90% de datos que se generan en un hospital son imágenes. ¿Tienen una mina de oro sin explotar para detectar enfermedades de forma precoz?
Sí. La cantidad de información es aún más grande, del 95 %. Si solo extraemos el informe radiológico, no estamos utilizando toda la información del fenotipo, la expresión, las características, el comportamiento de la enfermedad que puede extraerse de la imagen. Y es por lo que todo este gran proyecto de la radiómica, (extraer características de las imágenes médicas para descubrir nuevos biomarcadores) es un tema ardiente ahora.
«El cáncer es la enfermedad que en principio más se va a beneficiar pero no será la única»
¿Hay ya aplicaciones prácticas de poner a la IA a «leer» imágenes médicas?
Ahora estamos con un proyecto europeo: Chaimeleon. Se centra en cáncer de próstata. Lo que estamos haciendo es que la información de la resonancia magnética que se hacen los pacientes cuando hay una sospecha, sea muchísimo más precisa utilizando inteligencia artificial y herramientas para armonizar las pruebas. Y en cáncer mama hay un proyecto dentro de Eucaim que se centra en los programas de diagnóstico precoz de cáncer por mamografía. A las mujeres les hacemos mamografías en el tiempo hasta que aparece una lesión. Lo que estamos haciendo es ver con inteligencia artificial si, donde ya sabemos que va a aparecer el tumor, había algo antes y anticiparme a que el tumor se desarrolle y lo pueda ver.
¿Vamos a ser capaces entonces de detectar ciertos tumores antes de que sean visibles en una prueba estándar?
Eso es. Con la ventaja de que si tres o cuatro años antes de que aparezca la lesión, la inteligencia artificial apunta a que había una zona en la que el tejido está cambiando y va a aparecer un cáncer aunque nadie lo ve (porque ha aprendido con esos miles de miles de casos), ya podemos hacer una resonancia magnética. De hecho, se lo hemos propuesto a Salud Pública para hacer la prueba piloto en la Comunitat Valenciana. Esto no es investigar para ver si dentro de diez años esta nueva vía me da algo. Eso ya lo hemos hecho. Ahora hemos llegado al punto de tener un impacto, que la gente pueda ver resultados.
¿El cáncer va a ser la enfermedad que más se puede beneficiar de esta nueva vía?
Creo que en un comienzo sí, porque gran parte de nuestro trabajo y desarrollo es cáncer. Pero no solo. Se va a extender a todo, a degeneración, inflamación, envejecimiento. Todo está enormemente relacionado.
Pese a la ayuda de la IA, ¿seguirá siendo necesario el ‘ojo experto’ del radiólogo?
Sí, seguro. Lo que le estamos pidiendo a la inteligencia artificial es que nos ayude en lo que yo no soy capaz de ver. Todos los modelos que estamos desarrollando tienen un componente radiómico que mejora el modelo en un 30 o 40 %, pero el otro 60 o 70 % es la persona. Lo que pasa es que ya llegó su momento máximo. La medicina de precisión nos va a hacer el ajuste fino de las decisiones, hacerlas mejor. ¿Pero van a desaparecer los médicos? Estoy seguro que no. Por mucho que confíes en las máquinas, hay una parte de arte en todo lo que hacemos y una parte de comunicación, empatía y y divulgación.
«Por mucho que confíes en las máquinas, hay una parte de arte en todo lo que hacemos»
Sobre la cesión de datos. ¿Hay reticencias de los pacientes a ceder sus imágenes para investigación?
No. La gran mayoría de la gente cede sus datos para investigación. Pero tenemos un sistema legalista que hace imposible la cesión de grandes volúmenes de datos que se han adquirido en los años anteriores. Para yo poder hacer toda esta investigación tengo que pedir que me eximan de pedir consentimientos porque no puedo localizar paciente a paciente. Eso hace que la investigación sea imposible. No es un problema de la gente, es un problema de que nos hemos dado un sistema muy garantista. Ahora tenemos que desarrollar un sistema para que, dentro de esas garantías, quien quiera colaborar sea capaz de hacerlo de por vida. Algo parecido al trasplante de órganos y no tener que pedir la autorización prueba a prueba.
Noticia publicada por el diario Levante-EMV. Entrevista realizada por Victoria Salinas.